¿Quién no ha tenido una de éstas? Las ahora casi míticas huchas con forma de cerdito, las más tradicionales, las de toda la vida.
En el siglo XV se utilizaba en Inglaterra un tipo de arcilla anaranjada denominada “pygg” esta palabra suena y se escribe muy similar a “pig” (cerdo en inglés).
En aquella la gente solía tener por costumbre guardar algo de dinero en los hogares, lo metían en jarras de arcilla o en otros utensilios de cocina “pygg jar”
La “pygg jar” o jarra fue evolucionando su forma hasta derivar a la de un cerdito en el siglo XVIII, recipiente que se denominó “piggy bank”
El color de la arcilla favorecía a la piel del cerdo, también el juego de palabras y el significado del simbolismo del cerdo en sí.
Para muchas generaciones, el cerdo ha sido sinónimo de prosperidad, fortuna y abundancia. En Europa las familias solían tener cerdos para satisfacer necesidades gastronómicas durante gran parte del año y reservaban uno para vender en caso de necesidad. Es un símbolo de garantía.
Curiosamente en oriente existe un objeto similar, el jabalí indonesio “celegan” y lo utilizan como símbolo en los bancos nacionales.
Os animo a volver a utilizar este método de ahorro, bonito y tradicional. Subjetivamente diría que es una de la forma en la que más trabajo nos cuesta hacernos con nuestros tesoros. El hecho de romper a golpe de martillo lo que completaste con tanto esfuerzo no tiene nada que ver con las facilidades y accesibilidad de otros métodos actuales.
Un saludo y… ¡Que ahorréis mucho!
